Me alisé el pelo y me eché un poco de rímel. Any more.
Saqué del armario: un top de colorines que llega justo un poquito más abajo del pecho. Unos shorts vaqueros, rotos, y unas simples sandalias negras.
Me puse esa ropa, y salí con mi gran Danés a pasear.
Fui a un pequeño quiosco, y compré dos revistas.
Después entré a una cafetería, y pedí un Capuccino.
Salí a la terraza del bar. Dejé las cosas encima de la mesa, y me hice una coleta. Hacía muchísimo calor.
Varios chicos de la mesa de al lado, me miraban expectantes.
Les miré con total indiferencia.
Di un sorbo al sabroso Capuccino. Mientras, abrí La Cuore.
Aunque estuviera leyendo la revista, notaba que las miradas de ellos, estaban puestas en mí.
Saqué mi Samsung y escribí un Whatsapp:
Si estás en la calle, y quieres verme, estoy en la cafetería de siempre.
Unos segundos más tarde...
A estas horas estoy siempre en la calle.
Seguí leyendo la revista. El perro movía la cola todo el rato, porque vio a otro perro.
Pasó media hora, y un tío de los de la mesa de al lado me habló.
-Ei linda, ¿te puedo acompañar?
Pongo se puso en pie, miró fijamente enseñando los dientes al chico moreno que me lo preguntó.
-No, no puedes, ya tengo acompañante.
Y contento, se volvió a tumbar, aunque el chico me volvió a mirar, y se sentó en una de las sillas vacías de mi mesa.
Dejé de leer, y miré fijamente los ojos. Apoyé mi mano encima de la suya, y susurré.
-Yo que tú, me iría antes de que se enfadara y te mordiera. Ya te he dicho que estoy acompañada.
-¿Por tu perro?-Según dijo eso, comenzó a reírse.
Sonreí.
-Mira que es un animal, pero ya es más persona que tú.
Volvió a mirarle, y le gruñó. El chico, volvió al asiento de antes, con sus amigos.
Se reían entre ellos, diciendo cosas como: ''Te ha dado calabazas'' o, ''Prefiere al perro antes que a ti''.
Terminé de leer una de las revistas. Di un sorbo al Capuccino, y comencé la otra revista.
Pasado un rato, alguien vino hacia mí. Tapó mis ojos...y yo toqué sus manos.
-Llegas tarde.
-I know it. Pero aún no has terminado la revista.
-No. Siempre llegas antes de que la empiece, y esta vez ya la he empezado.
-I know it.
Se agachó a besarle en la mejilla. Se sentó en una de las sillas.
-Me voy en julio... De vacaciones. Así que les diré a éstos que te cuiden.
-No necesito que me cuiden tus amigos.
-No es que haya gente buena aquí.
-No es en el único sitio que pasa lo mismo.
-Pero quiero saber que estás bien.
-Pues te llamo, no te preocupes.-me quedé en silencio pensando- ¡Tienes miedo a que me vaya con otro!
Agachó la cabeza avergonzado.
-¿Y si ocurre? Me voy a ir dos meses...
-¿Dos meses? Entonces seguro que me voy con otro.- me reí a carcajadas.
Se levantó de la silla y se fue.
Terminé rápido el Capuccino, llamé a Pongo y fui corriendo tras él.
-¡Cariii! ¡No te enfades!-le alcancé, y le agarré del brazo.- En serio, ¿Cómo me voy a ir con otro? ¿Tú estás tonto? Me conoces lo suficiente para saber que estaba bromeando.
-Igual hay que dejarlo antes de que me vaya.
-No. No, no, no, no, no.
- Entonces, ¿Dejarás que te cuiden mis amigos?
-Está bien....pero tú no te vayas con una pelandrusca...
-Si tú te lías con alguien y estos me lo cuentan, yo me liaré con otra.
-Trato hecho.- Cerramos el trato con la mano.