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sábado, 30 de junio de 2012

Capítulo 1.

Salí de casa arreglada. Sólo quería dar una vuelta, pero aún así, me preparé un poquito.
Me alisé el pelo y me eché un poco de rímel. Any more.
Saqué del armario: un top de colorines que llega justo un poquito más abajo del pecho. Unos shorts vaqueros, rotos, y unas simples sandalias negras.
Me puse esa ropa, y salí con mi gran Danés a pasear.
Fui a un pequeño quiosco, y compré dos revistas.
Después entré a una cafetería, y pedí un Capuccino.
Salí a la terraza del bar. Dejé las cosas encima de la mesa, y me hice una coleta. Hacía muchísimo calor.
Varios chicos de la mesa de al lado, me miraban expectantes.
Les miré con total indiferencia.
Di un sorbo al sabroso Capuccino. Mientras, abrí La Cuore.
Aunque estuviera leyendo la revista, notaba que las miradas de ellos, estaban puestas en mí.
Saqué mi Samsung y escribí un Whatsapp:


Si estás en la calle, y quieres verme, estoy en la cafetería de siempre.


Unos segundos más tarde...


A estas horas estoy siempre en la calle.


Seguí leyendo la revista. El perro movía la cola todo el rato, porque vio a otro perro.
Pasó media hora, y un tío de los de la mesa de al lado me habló.
-Ei linda, ¿te puedo acompañar?
Pongo se puso en pie, miró fijamente enseñando los dientes al chico moreno que me lo preguntó.
-No, no puedes, ya tengo acompañante.
Y contento, se volvió a tumbar, aunque el chico me volvió a mirar, y se sentó en una de las sillas vacías de mi mesa.
Dejé de leer, y miré fijamente los ojos. Apoyé mi mano encima de la suya, y susurré.
-Yo que tú, me iría antes de que se enfadara y te mordiera. Ya te he dicho que estoy acompañada.
-¿Por tu perro?-Según dijo eso, comenzó a reírse.
Sonreí.
-Mira que es un animal, pero ya es más persona que tú.
Volvió a mirarle, y le gruñó. El chico, volvió al asiento de antes, con sus amigos.
Se reían entre ellos, diciendo cosas como: ''Te ha dado calabazas'' o, ''Prefiere al perro antes que a ti''.
Terminé de leer una de las revistas. Di un sorbo al Capuccino, y comencé la otra revista.


Pasado un rato, alguien vino hacia mí. Tapó mis ojos...y yo toqué sus manos.
-Llegas tarde.
-I know it. Pero aún no has terminado la revista.
-No. Siempre llegas antes de que la empiece, y esta vez ya la he empezado.
-I know it.

Se agachó a besarle en la mejilla. Se sentó en una de las sillas.


-Me voy en julio... De vacaciones. Así que les diré a éstos que te cuiden.
-No necesito  que me cuiden tus amigos.
-No es que haya gente buena aquí.
-No es en el único sitio que pasa lo mismo.
-Pero quiero saber que estás bien.
-Pues te llamo, no te preocupes.-me quedé en silencio pensando- ¡Tienes miedo a que me vaya con otro!


Agachó la cabeza avergonzado.


-¿Y si ocurre? Me voy a ir dos meses...
-¿Dos meses? Entonces seguro que me voy con otro.- me reí a carcajadas.
Se levantó de la silla y se fue.
Terminé rápido el Capuccino, llamé a Pongo y fui corriendo tras él.
-¡Cariii! ¡No te enfades!-le alcancé, y le agarré del brazo.- En serio, ¿Cómo me voy a ir con otro? ¿Tú estás tonto? Me conoces lo suficiente para saber que estaba bromeando.
-Igual hay que dejarlo antes de que me vaya.
-No. No, no, no, no, no.
- Entonces, ¿Dejarás que te cuiden mis amigos?
-Está bien....pero  tú no te vayas con una pelandrusca...
-Si tú te lías con alguien y estos me lo cuentan, yo me liaré con otra.
-Trato hecho.- Cerramos el trato con la mano.










jueves, 21 de junio de 2012

Encuentro ''Capítulo 14''

-Te llamo al fijo, ¿vale? ¡Te amo, te amo, te amo! -digo muy rápido.
Cuelgo antes de que me conteste. Corro por el pasillo, y voy al cuarto de mi madre. Abro la puerta, y... ¡No está el teléfono! ¡No! Busco por la mesita, debajo de las almohadas...pero no está. ¿Dónde puede estar?
Salgo del cuarto, y voy a la habitación de mi hermana.
-¿Laila, tienes tú el fijo?
Lo señala con el dedo. Está encima de su escritorio. Intacto. No lo está utilizando. ¡Menos mal!
Lo cojo rápidamente y saldo de su cuarto. Regreso el mío. Me siento encima de la cama y marco el número. Su número.
Tarda un rato en contestar. ¡Al fin! Su dulce voz susurra...
-Yo también te amo.
Sonrisas a los dos lados del teléfono.
Un breve silencio. No es incómodo, para nada.
-¿Sabes que llevo soñando últimamente?
-Noo...¿Qué?
-Que me casaba.
-¿Tú?
-Sí...yo.-digo avergonzada.- Aiss. Llegaba al altar vestida de blanco y cuando miré a mi futuro marido...no se le veía la carra. ¡No sé con quién me casaba! ¡Creo que era Daniel!- me empiezo a reír, hasta secarme la lagrimilla del ojo.- Es broma cielo.
-Queeé mala. Fijo que soñabas conmigo.
-Es que no lo sé... pero es noche tras noche... 
-No te preocupes, algún día te casarás conmigo. Me tengo que ir enana. Te amo.
-Joo. ¿A dónde vas?
-A...cocinar.
-¿Quieres que vaya?
-¡Oh, no! Tranquila, no hace falta.
-Huuum. Está bien. Te quiero.
-Y yo preciosa.
Colgamos el teléfono, y me tumbo en la cama. 
No me ha sacado el tema de Lauren, así que genial. Espero que no sea verdad lo que me dijo...en fines... 
Espero que Lucía lo haya pasado bien con Daniel. Hacen una pareja, irresistiblemente perfecta *O*


domingo, 10 de junio de 2012

I need you :(

Radio on. 
Suena una canción demasiado tranquila. Es perfecta.
Triste. Con lágrimas en los ojos.  Deprimida. Con ojeras.
No tengo ganas de hacer nada. Sólo quiero cerrar los ojos, y tumbarme en la cama.
Sueños, pesadillas. Sólo quiero tener la mente en blanco. Por favor, sólo unos segundos.
Me voy a ir. Lo he decidido. Han pasado cuatro años. He esperado demasiado. Estaba decidido, pero no sabía cuando hacerlo.
Sólo quiero viajar. Nada más. Me quedo quieta. Pensativa. Sólo puedo hacer un viaje.
Cojo el dinero suficiente, y una mochila que ya tenía preparada.
Salgo de casa. Sin mirar atrás. Ahora no quiero pensar. Sólo quiero hacer un viaje. El viaje que había esperado hacer hace cuatro años.
Voy a la ventanilla, y pido mi billete. Espero al autobús. Ya está aquí. Viene con retraso, pero no importa.
Subo mirando el asiento que me ha tocado. Vaya, segunda fila. Me siento en el asiento de la ventanilla. En mi ipod pongo la canción de Adele – Set fire to the rain.
En la mochila busco las cartas. Están todas. Siempre las he guardado.  Abro el sobre de la primera. De la primera hace cuatro años, y me sumerjo en el aroma que desprende nada más abrirla .


sábado, 9 de junio de 2012

Capítulo 1. Primer día.

Nervios, temblor en las manos. Sudores...
A paso ligero por el pasillo, con libros en las manos.
Suena el móvil. Punk rock...
Se caen varias hojas. Intento cogerlas, mientras busco el móvil dentro del bolso. Lo consigo.
Contesto la llamada.
-¡Hola cielo! Me acordé de que hoy empezabas las clases. ¿Cómo te va?
-Bien, bien. Ahora creo que te tengo que dejar que tengo clase. ¿Podemos hablar luego?
-Mmm, claro, claro. ¿A qué hora sales?
-A las dos y media.
-Muy bien, luego paso a por ti. Te quiero.
-Y yo.
Miro uno de las hojas que se me había caído. Sí, creo que ahora me toca en esta clase.
Entro, y veo a la gente hablando, y al profesor preparando las cosas. Me acerco hacia él.
-Perdón, es que soy nueva...
-Oh, hola.
-Verás, es que se supone que me toca ahora física, ¿es aquí?
-Mmm, no, es en la de enfrente.
-Vale, muchas gracias.
Salgo de esta clase, y voy hacia la otra. Ya ha comenzado. Toco la puerta y entro.
-Perdón, es que soy nueva...
-Tú eres... ¿Lisa?
-No, soy Edurne.
-Ah, vale, muy bien, te estábamos esperando. Toma asiento por favor.
Miro a ver si hay algún sitio libre. La mayoría están ocupadas, así que me voy a una mesa del medio, y me siento al lado de una chica.
-Hola...-digo susurrando.
-Qué hay.
Cojo el móvil, y lo pongo en silencio. Dejo el bolso en el suelo, y abro el libro de física.
El profesor empieza a hacer preguntas a los alumnos sobre el verano, y bla, bla, bla, como en primaria.
Me doy cuenta, de que éste, lleva un rato llamando a un tal Jorge.
Miro hacia atrás, donde se supone que está él.
-¡Jorge!- Grita el profesor ya harto...- Es el primer día, ¿y ya estás como el año pasado a final de curso?
Alza la mirada.
-Es posible... pero no molesto a nadie... ¿no?
-No, pero me parece de mala educación que no estés atento.
Vuelve a alzar la mirada.
-Paz, hermano.- y vuelve a su dibujo.
Me mofo.


Termina esta clase. Terminan las demás. Miro la hora en el móvil.
Las tres menos veinte. No aparece.
Miro hacia delante, y me encuentro con la mirada de Jorge. Está con sus colegas...fumando.


¡Al fin viene! Si lo llego a saber, me voy a casa andando...
Subo al coche y cierro la puerta. Miro hacia donde está Jorge...me sigue mirando.
-Ya siento llegar tarde, te lo prometo. Ha habido un accidente un poco más atrás.
-Ajá...-digo con indiferencia.
Apoya su mano en mi pierna, y le miro automáticamente.
-¿Qué tal las clases? ¿Has conocido a alguien?
-Emm... de momento no.
-Con lo maja que eres...
-Va... ya ves.
Me lleva de camino a casa. Estamos fríos, siempre suele ser así.
-Nuestra relación...-comienza a decir.
Le miro fijamente.
-Ha pasado algo... Tú no estás igual.
-Será que es culpa mía.
-Realmente...no lo sé.


Para en un semáforo. Abro la puerta del coche, y salgo. Él, aparca un poco más delante.
Entro a la biblioteca.
Busco en la sección juvenil un libro, mientras tarareo la canción de Snow, de los RHCP.
Samuel se acerca.
-Ahora eres más independiente-Susurra en mi oído, y pone sus manos en mi cintura.
Encuentro el libro. Buenos Días Princesa de Blue Jeans.
Le doy con éste, suave en la cabeza.
-Sabes que te quiero, pero... me gustaría estar un poco más...ya sabes, a mi aire.
-¿No quieres pasar más tiempo conmigo?
-Claro que sí amor.-Le beso en la mejilla.-Pero hay veces, que pasamos demasiado tiempo juntos.
-¿Y eso te molesta?
-Noo, en absoluto, me encanta, pero a veces, me gustaría estar un poquito más a mi aire, salir una tarde...sin más...
-Está bien.
-¿No te importa?
-No.
-Me alegro amor.-Le abrazo, y le vuelvo a besar en la mejilla.
Salimos de allí después de coger el libro.
No nos dirigimos a mi casa, no me apetece, pero él me ofrece ir a la suya, y acepto.
Tiene razón, ha pasado algo entre nosotros, y es que creo, que me controla demasiado.
Siempre me tiene que llamar, o estar conmigo. Que no me importa, pero se hace un poco cansino.
Me encanta él, pero... enserio, necesito mi espacio... Por eso hay veces que le hablo bordemente...