Han pasado ya dos semanas. El tiempo se va volando, y más cuando es verano.
La verdad, es que han sido bastante intensas. Antonio y yo, no hemos parado. Hemos estado ensayando horas y horas durante estos días.
Cuando está concentrado, pone cara de motivación, y es que, siempre me río, porque es muy gracioso verle.
El cuaderno que me regaló, me sirve de ayuda. Me desahogo, y escribo mis cosas.
Estoy nerviosa. Dentro de dos días es el concurso, y hace mucho tiempo que no canto en público. Volvemos al principio, me da vergüenza que me oiga la gente cantar. Tengo que hacerlo, sino, no hay viaje a California.
Ahora mismo, estoy metiendo ropa en una mochila para desconectar, y dejar de pensar en lo del concurso. Voy a ir a un pueblo cerquita de aquí, donde vive mi tía, a ver a algunas amigas de allí.
Me llevo dos pares de dickies, las vans negras, y una camiseta turquesa y otra amarilla de tirantes. Un bikini también por si acaso, sandalias…ropa interior, etc, etc.
Menos mal que me voy para dos días, pero bueno, es igual, voy a cargar yo con ella. Y, además Antonio me va a acercar así que, no tengo porqué quejarme.
No he hablado con Daniel en estas dos semanas, desde que ‘’cortamos’’. Vaya, cómo soy. Iba a tener una relación con él…y al de unos días, ya le he dejado por otro… Bueno, otro… mi ¿ex? Dejémoslo, en mi mejor amigo. Sí, suena un poco mejor.
No sé si debería llamarle… no, preferiría no llamarle de momento… ¡Mierda! Pero tengo que llamar a Lucía. Buff. Me va a matar… Si es que soy una amiga perfecta. En fin, los llamaré, cuando termine el concurso y todo. Mejor así, porque estaré más relajada, y si ganamos, estaré más contenta, más feliz… aais Hahaha.
Toca alguien la puerta.
-¿Paula, puedo pasar?
-Sí, Antonio, pasa, estaba ya terminando.
-Oh bien, entonces llegaremos a la hora de cenar.
-Okei. Mmm, ¿tú, esta noche te quedarás, no?
-No sé, sería mucho molestar a tu tía…
-No seas bobo, es que no vas a ir a las tantas de la noche con el coche. Hablaré con ella, no le importará.
-¿Segura?
-Y tan segura. A ver, que a ella no le va a importar para nada. Pero, eso sí, no sé dónde dormirás, si conmigo, en otra habitación o en el sofá, porque mi tía, es muy…no sé cómo explicarlo, pero vamos, que no creo que le haga gracia que durmamos juntos.
-Mmm, si eso me escapo, y voy a tu habitación a hacerte compañía. [e.e] Tendríamos que tener mucho cuidado.
-Oins, pero que novio más malote tengo, por favor.
-Pero te gusta, no lo niegues.
-No lo niego, para nada, porque me encanta cómo eres.- le paso los brazos alrededor del cuello, mientras sonreímos, y rozamos nuestras narices cariñosamente.
-Eres la mejor persona que he conocido en toda mi vida. La más especial, la más cariñosa, la más romántica… ¿Por qué eres así, me lo podrías explicar?
-¿De verdad crees que soy todo eso?
-Claro, que sí, no me he enamorado de ti por nada. Eres perfecta.
-Te podías enamorar de mí, simplemente…porque soy guapa.
-Mmm no. Yo no soy ese tipo de tíos, y lo sabes. Yo me he enamorado de ti, de tu físico, de tu carácter, de tu personalidad, de todo lo que te compone. Nada más, sólo de ti. Espero que tú también.
-¿Esperas que yo también? Are you fucking kidding me? Sabes que yo te amo tal y cómo eres. Sabes que te quiero muchísimo, e intento demostrártelo cada día que estoy contigo, creo que lo de espero que tú también sobraba.
-Paula lo siento, sólo era para terminar la frase, y que quedara bien.
Me empiezo a poner roja. Cojo una gorra, me la pongo en la cabeza y la bajo hasta abajo para que no me vea la cara.
-Me queda bien la gorra, creo que me la voy a poner puesta.
-Como hace mucho Sol y tal… claro, póntela.
-Me la pongo porque me queda bien.
-¿No será porque te has puesto roja no?
-No, para nada. Estoy bien, ¿ves? – y le enseño mi cara.- lo que pasa que soy morena nada más…
-Tienes la cara un poco roja…eh… pero bueno, ése es tu color de piel.
-Lerdo, todo a sido culpa tuya. Me dejas hablar y hablar, y no me dices nada, eres una mala persona.
Se ríe.
-¿No decías que te gustaba tener un novio malote?
-Sí, bueno…pero malote conmigo no. Hum. - -¬¬
-Anda queee, cómo voy a ser malo contigo. Ains, ricura monísima.
-Ver tanta tele te afecta.
-¿Por?
-Eso es de Phineas y Ferb.
-Parece que no soy el único que lo veo. Lalala.
-Noooo.
Salimos de mi casa, y nos metemos en su coche. Llevamos ya un rato cantando, y haciendo el tonto, bailando. Cuando de repente, suena mi móvil. Lo busco dentro de bolso. Cuando lo encuentro, quito la funda, y miro quién me llama.
-Es Daniel.
-Cógelo, a ver que quiere.
-Vaale.
- - - - - - - - -
-Hola.
-Hola Paula. ¿Cómo estás?
-Yo bien, ¿y tú?
-Bien, bien. Llamaba, para pedirte perdón…
-¿Perdón? ¿Por?
-Porque me comporté mal. Y además te besé, cuando…se supone que vosotros dos habéis vuelto.
-Ya ya. Tranquilo no pasa nada. Ahora te tengo que dejar, que estoy con él. ¿Vale?
-Está bien. Pues ya nos veremos, o algo…
-Sí. Pero no sé cuándo va a ser. Así que, ya te llamaré para quedar… un besito, cuídate.
-Lo mismo digo. Adiós.
- - - - - - - - -
-No ha sido tan difícil, creí que me iba a poner nerviosa, pero todo ha ido bien.
-Sí. Me alegro de que todo esté solucionado. ¿Quedarás con él?
-No lo sé. De momento no, obviamente.
-Vaale.
-El mes que viene es mi cumple. ¿Qué haremos? ¿Estaremos en California?
-No tengo ni idea. Yo creo que sí que estaremos en California. Pero igual se tuercen las cosas. No lo sé. ¿Quieres pasar tu cumpleaños allí?
-Buff. Es que es California. Me encantaría la verdad.
-Pues si puedo, lo celebraremos allí. He comprado los billetes de avión.
-¿Cómo? ¿Por qué?
-Porque sí.
-No te entiendo, creía que iba a pagar yo el mío, por eso me apuntaba al concurso.
-Tranquila Paula, que cuando estemos allí, habrá cosas que pagar, como el hotel, la comida etc, etc…
-Vale, vale. Pues déjame pagar a mí el hotel, y la comida a medias.
-Bien. Me parece bien. No he comprado billetes de vuelta.
-¿Nos llegará el dinero?
-Sí, allí los podremos comprar, e irnos cuando queramos. Tú ya has terminado bachiller y todo. Así que… sólo te queda la universidad.
-Ya. La universidad… y a tú también.
-Cierto.
-A la, pues los dos juntitos. Que guai va a ser.
-La verdad es que sí. Pero, a estudiar.
-Claaro. A estudiar- Digo sonriendo.
-Qué mala. Todo se verá. Dónde estudiaremos, cómo, etc, etc.
-Sí. Podría irme a tu casa a vivir, en plan estudiante.
-Podrías, claro que sí. Y estaría encantado.- me mira, y me sonríe. Su mano, toca mi pierna.
-Qué monada de chico.
-Porque te quiero.
-Sí, sí, sí.
-Pues claro que sí.
-Yo no lo he negado.- Digo sacando la lengua.
-De verdad. Bueno, ya queda poco para llegar. Ya son las diez de la noche.
-Ala, pensaba que era más pronto.
-Es que, has tardado en prepararte.
-Tardo mucho en lavarme el pelo. Tengo que cuidar esta melena, hombre. ¿Has visto? Mi pelo está perfecto.
-No, si ya. Está brillante, y…-acerca su mano, y me toca el pelo- muy suave.
-¿Ves, ves, ves? Si es que… es mi pelo, échale la culpa a él.
-Qué bobaa. ¿Seguro que tu tía me dejará?
-Sí. Te lo a seguro. Te lo prometo. Hablaré yo con ella. ¿Vale?
-Gracias amor.
Aparca el coche, enfrente de la casa de ésta. Antonio, me lleva la mochila. Nos acercamos al porche, y toco el timbre. Se oye una voz a lo lejos diciendo que ya va.
-¡Holaa Paulaa! ¡Cuánto tiempo sin verte! Qué grande estás madre mía.
-Hola tía marga ( ? ) Unos añitos.
-Sí. Cómo pasa el tiempo. ¿Éste es tu amiguito, con el que jugabas de pequeña?
-Sí, es Antonio. Te acuerdas de él, menos mal.
-Buenas noches.- dice Antonio, un poco cortado.
-Hola hijo, bueno, pasar, pasar. ¿No habéis cenado verdad?
-No, la verdad es que no.
Bien, bien. Pues tenéis para cenar costilla con patatas. ¿Os gusta, o hago otra cosa?
-No, no tía marga, muchas gracias, así está bien.
-Vale. Pues, vete a dejar la mochila arriba, en la habitación, mientras pongo la mesa. Cruzas el pasillo y es la tercera a la izquierda.
-Okei. Ahora bajamos.
-Espera. Antonio, es de noche ya, y conducir…a estas horas, tan tarde… no me gusta. Así que si quieres, te puedes quedar a dormir.
-Oh, gracias. Pues… me quedaré, sí. Gracias, enserio.
-Luego voy a prepararte el cuarto.
-Gracias.
Subimos las escaleras rápido y vamos a la habitación que me ha dicho mi tía.
-¿Veees? ¡Hasta te lo ha ofrecido ella!
-Ya, que guai.-Dice con una gran sonrisa.
-¿Entonces, te escaparás, y vendrás a mi cuarto por la noche?
-Of course.
-Bien, me harás compañía. Podríamos ver una peli, y comer m+m’s.
-¿Tu tía tiene m+m’s?
-No creo. Pero tengo yo.- voy hacia la mochila, y saco la gran bolsa de m+m’s.
-Te has pasado. Es enorme. Con eso tenemos para una semana. Ya tenemos algo para comer en el avión.
-Qué exagerado. Sólo es de...400 gramos.- digo riéndome.- Te digo que en estos dos días, no los terminamos.
-¿Apostamos?
-No.
¿Por? Si sabes que vas a ganar…
-Por eso mismo. Tienes mal perder.
-Qué va.
-Sabes que sí. Además, si esto es una chorrada.
-Anda ven.- va a darme un abrazo, cuando añade…- Vente a vivir conmigo.
-¿Qué?
-Que te vengas a vivir conmigo.
-Tenemos que ser discretos…
-Ya. Pero me da igual, yo te quiero. Además cuando estemos en California. ¿Qué?
-No sé Antonio…
-¿Y, por qué con el otro si te podían ver, y conmigo no?
-Por favor…
-Da igual, da igual.- Me coge de las manos, y me mira a los ojos.- ¿Algún día me lo contarás?
-Sí. Te lo prometo.
-Muy bien.- Sonríe, aunque le duele.
Las personas sufren mucho, por las personas que aman, pero tienen que ser pacientes, y fuertes.
Mi tía nos llama, y nos deja solos en la cocina cenando. Mientras, ella, va a preparar el cuarto de Antonio.
Son las doce de la noche, y mi tía Marga, lleva ya, casi una hora durmiendo. Cada uno, se supone que está en su cuarto, pero…como dijimos…estamos los dos solos en mi cuarto comiendo los m+m’s. lo malo, es que no hay televisión en el cuarto, y no podemos ir a la sala, así que estamos con una lamparita encendida, encima de la cama, con los brazos estirados hacia arriba, mirándonos las manos. Con los pies hacemos lo mismo.
-Se me cierran los ojos...buff.
-Pues si aún es pronto.
-Bueno, pronto, pronto… pero tengo sueño…
-Entonces, me voy, y te dejo dormir ¿vale?
-No, no. Quédate conmigo a dormir.
-¿Y si nos pilla?
-Ella duerme abajo, y nunca sube arriba. Además, ¿no eras tú mi novio malote, o, te me han cambiado antes de subir al coche?
-De verdad, cómo eres. Ale, apaga la luz.
Alargando la mano, doy al botón de la lamparita, y la apago. Se acerca a mí, y me abraza.
-Buenas noches Paula.- sus labios tocan los míos.
-Buenas noches.- y sonrío con los ojos cerrados.