Translate

lunes, 19 de diciembre de 2011

Llegó el día. Ése día.

El cielo estaba encapotado, había llovido hace unas cuantas horas, antes de que yo me subiera al tren, que me conducía allí, a su ciudad.
El tiempo pasaba despacio, demasiado lento. La música, siquiera me entretenía, y el libro que estaba leyendo, por más que leía la misma línea una y otra vez, no tenía sentido. Es que no podía, sólo pensaba en él. En que después de tanto tiempo le iba a poder ver.
Estaba nerviosa, las manos me temblaban, por eso las agarraba entre sí. El pelo me cubría parte de la cara, mas una sonrisa iluminaba mi rostro.
Había mucha gente en aquel vagón, y cada persona, a saber en lo que pensaba… Y yo, ahí me encontraba, en medio de ellos. Inquieta. Imaginando cada palabra que saldrá de su boca al verme.
Oh no, volvía a llover…  ¿cada gota que caía del cielo, le tocaban sus manos? ¿Le mojaban su cabello? ¿Estaría resguardado bajo un paragüas?
Miré por la ventanilla, y le reconocí fácilmente.
Sonreía, y en una de sus manos se encontraba una gran rosa roja.
No había llevado paragüas. Y sí, su cabello estaba mojado, y sus manos tenían pequeñas gotitas heladas.
Salí corriendo de aquel tren y fue directamente hacia él. Nos envolvimos en un gran abrazo cariñoso, especial. Nuestro primer abrazo. Y yo mientras apoyaba la cabeza en su pecho, cerrando los ojos, y escuchando cómo latía su corazón.
Toqué su piel, su cara, y rocé sus labios con los dedos. Me agarró la mano, y me miró intensamente. Apoyó su nariz en mi cabeza, oliendo así mi pelo. Se apartó y besó mi frente, y me volvió a mirar. Con esos ojos tan intensos… que se podía ver qué es lo que pensaba.
Con su dedo índice tocó mi barbilla, para levantar mi cabeza y ver su rostro. En mi rostro se encontraba una tímida sonrisa. Noté cómo el calor ascendía hasta llegar a mi cara, y enrojecerse mis mejillas.
-Te quiero.- dijo vergonzoso.- Al fin te lo digo en persona.
-Y yo. Te amo. Después de tanto tiempo…
-Te irás. Y después de verte… no sé si podré soportarlo. Eres mi droga. No puedo estar sin ti. Siento que me falta el aire.
-No lo pienses ahora. Disfrutemos de estas horas juntos.

Me entregó la hermosa rosa. Pude oler su intenso aroma.


Nos fuimos de la estación de tren dados de la mano, juntitos, en busca de un lugar tranquilo para los dos. Para luego poder recordar nuestros momentos, de unas horas. 



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Dreams.

Entre su larga melena se encontraban sus delicadas manos, tan blancas como la nieve.
Mi respiración se aceleraba sin darme cuenta.
Era ella. Mi chica perfecta. Sólo tenía que acercarme a ella, pero era imposible, porque estaba petrificado. Si quiera el corazón me latía.
Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, hasta se me erizó el vello de los brazos.
Giré lentamente sobre mí mismo, y la vi. Era ella, situada ahí, a unos pasos de mí. Era preciosa, y sonreía alegremente, como si nos conociéramos hace bastante tiempo, y nos hubiéramos vuelto a encontrar.
-Eres tú.- pronunció su dulce voz.
-¿Yo?- ladeé la cabeza.
-Sí, tú. Te llevo buscando toda la vida.
-¿A mí? No creo.- dije confuso.
-Claro. Eres mi amor. Mi vida entera, y yo buscándola.-dijo llevándose una mano a la frente, y moviendo la cabeza de un lado a otro, sin dejar de sonreír.
-Me pareces preciosa, y eres la chica de mis sueños...bueno, de cualquier chico...pero no, es imposible lo que tú dices.
-No, claro que no es imposible. Sólo si crees en mí.- dijo sin dejar de ocultar su hermosa sonrisa.
-¿Tengo otra alternativa?
-No. Pero es muy sencillo, porque aún no lo sabes,-se acercó a mi oído, y añadió- tú y yo nos complementamos.
-¿Eso es cierto?
-Por supuesto, no te estoy engañando. Te lo prometo.- susurró mientras cerraba sus ojos.
-¿Entonces yo a ti te quiero?
-Me amas.
-¿Y tú a mí?
-Eternamente.
Su mano blanca y delicada tocó mi mejilla, suavemente, sin temor, y yo pude oler su dulce aroma.
Sus ojos, estaba atrapado en ellos, no podía salir. Me atraían inconscientemente.
Esa chica que me vuelve loco, es ella, la misma que conocí en uno de mis especiales sueños...apartados de los demás.

Small things.

Dijiste que ibas a ser distante conmigo, y yo pensé que eso nunca podría ser, porque sabía cómo volver a conseguirte, pero me equivoqué. Tenías razón, te fuiste distanciando de mí. Soy débil, y no puedo luchar contra ti, pero ojalá cambiaras de idea respecto a mí, porque no sé que hice para que tú...te fueras.
Aún, no entiendo porqué me preguntaste si estaba enamorada. ¿Querías que lo estuviera? En ese momento no lo sabía, tenía que pensarlo...y ahora, te puedo contestar.
Sí, en ese momento estaba enamorada de ti, y ahora. Sí, ahora, después de tanto tiempo, sigo enamorada de ti. Es tan deprimente...
Ojalá te hubiera dicho que sí. Que sí y punto. Ahora...es que ya no sirve para nada.
No te encuentro, ya te has ido y estás lejos de mí.
Yo...te seguiré pidiendo perdón, porque me comporté mal contigo...pero tú, tenías paciencia conmigo, y te lo agradezco. De verdad. Y es que, me alegrabas el día.
Háblame en susurros otra vez, como cuando me llamabas cada noche, antes de irnos a dormir. Jo, ¡añoro esos momentos!
Las piernas me temblaban y me ponía nerviosa. Sólo sonreía, y no decía nada.
26 de febrero. Aún me acuerdo, ¿y tú? Fue la primera vez que me dijiste te quiero, y que te gustaba. Oh. ¡Qué dulce eres!
¿Me llamarías esta noche para decirme que me echas de menos?

domingo, 4 de diciembre de 2011

No sé, es tan difícil...

Sí, esta noche, ha sido exactamente cuando todos los recuerdos pasados vinieron a mi mente. ¿Cómo ha podido pasar? Si yo...lo tenía todo controlado.
Vinieron a mí como una lluvia de meteoritos.
Recuerdo tu rostro borroso, y tus ojos envueltos en lágrimas. Es tan difícil...
¿Por qué tu vimos que terminar así?
Yo sólo te quería a ti, a nadie más...
¡Fuera de mi mente! ¿No ves que ya no te quiero? ¿Que no quiero estar junto a ti?
Mentira...todo es mentira. ¿Por qué tuvieron que volver? No, no...Eso no está bien.
Mi corazón... Te recuerda. Y pensar que te olvidó, o eso creía. Pero, ahora así, sin más, sin avisar, has vuelto a aparecer. Nadie te ha dado permiso para poder entrar así, cuando tu quieras.
¡Te odio! ¿Cómo puedes ser así?
¡Fuera! ¿No entiendes que esto no llega a ninguna parte? ¿Por qué haces ésto?
No quiero recordar los momentos. Esos momentos...Fui tan feliz....pero ahora...ya nada es igual. Nada.
Me gustaría estar a tu lado, para que me pudieses besarme una vez más. Como despedida. Sólo eso.
Un beso con tus dulces labios carnosos. Te echo tanto de menos...pero quiero estar lejos de ti.
¿Te podrías quedar aquí un poquito conmigo? No, no. Mejor vete, que tendrás cosas mejores que hacer.
Pero recuerda. Te echo de menos...y sólo quiero un beso. Quiero una despedida. Mi despedida.
Y un...adiós. Hasta pronto.
Te recordaré.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Fear¿?

Yo te tengo cariño, y pienso en ti. Ésto me vuelve loca.

-Estás enfrente de mí, ¿eres tú?
-No, sólo es un farol.
-¿Y tu voz? ¿tu pelo, tu cuerpo, tu cara? Eres tú.
-Si fuera yo, no te lo negaría.
-Lo estás haciendo. Y mi corazón se rompe por cada palabra que sale de tu boca.
-Te quiero, pero debo irme.
-Es verdad. Vete. Si fueras tú, no serías tan cobarde. Si fueras tú, me hubieses abrazado nada más verme. Si fueras tú, me explicarías porqué te vas.
-Si fuera yo, no me iría, y me quedaría contigo. Si fuera yo...te diría cosas bonitas.
-¿Entonces, por qué antes me has dicho que me querías?
-Porque en este mundo es necesario decirlo.

(Lisa Olson)