Estoy en el skatepark, y la gente me observa sorprendida. Llevo toda la mañana caiéndome, y dándome golpes, con las barandillas y bordillos. Tengo ya, muchas heridas, y estoy sangrando. Pero sigo a lo mío.
Voy a bastante velocidad, cuando de repente aparece un skate sólo, por delante de mí. No puedo hacer nada, así que me estampo contra el, caiéndome al suelo...
Mis rodillas empiezan a sangrar, y me duele todo el cuerpo. Me quedo ahí, tumbada con los ojos cerrados.
Alguien me toca el brazo y me balancea suavemente. Me llama por mi nombre...
-¡Paula, Paula! ¡Abre los ojos! ¡Paula!
Los abro despacio, y veo la cara de Daniel cerca de mí.
-¿Da...Daniel?
-Sí, Paula, soy yo. Te has dado un buen golpe. Venga, intenta levantarte.
Voy a bastante velocidad, cuando de repente aparece un skate sólo, por delante de mí. No puedo hacer nada, así que me estampo contra el, caiéndome al suelo...
Mis rodillas empiezan a sangrar, y me duele todo el cuerpo. Me quedo ahí, tumbada con los ojos cerrados.
Alguien me toca el brazo y me balancea suavemente. Me llama por mi nombre...
-¡Paula, Paula! ¡Abre los ojos! ¡Paula!
Los abro despacio, y veo la cara de Daniel cerca de mí.
-¿Da...Daniel?
-Sí, Paula, soy yo. Te has dado un buen golpe. Venga, intenta levantarte.
Me coje de los brazos, y con cuidado voy a poyando los pies en el suelo, hasta que quedo completamente de pies.
-Qué mareo...
-Ven, siéntate en el muro.
Me siento, y él, se pone delante de mí, en cuclillas.
-¿Estás mejor?
-Sí,sí...-Digo llevándome la mano a la frente.
-Estás llenada de sangre y de moratones. ¿Qué te ha pasado?
-Nada...me he caido simplemente.-Digo en cogiéndome de hombros.
-Ya veo, pero te has tenido que dar unos golpes...
-Estoy bien, tranquilo.
-¿Seguro?-Sí,sí...Me voy a ir ya a casa. Y ten cuidado...que cualquier día vas a matar a alguien, si se te vuelve a escapar el skate.
-Perdóname, ha sido sin querer. Déjame que te acompañe a casa.
Sin querer ¿eh? Ya, claro...
-Vale, acompáñame.
-Pero antes, vámos a la fuente a limpiarte las heridas.
Ayudándome a caminar, me lleva hasta allí, y con cuidado, se llena las manos de agua, y me lo echa por las rodillas, y por los codos. Pongo mi cara debajo de la fuente.
-Ya podemos irnos.
-Bien, voy a coger los skates.
-Vale, voy iendo.
Algunos chicos, aún siguen mirándome perplejos. con una sonrisa,agito la mano, como diciendo: no tiene importancia... Éstos, me devuelven la sonrisa, y se ajustan las correas de sus patines.
Cuando viene Daniel, vámos juntos. Yo, al lado de la pared, por si acaso me mareo.
-¿Por qué no lo has dejado?
-¿El qué?
-El patinar, mira como estás. ¿Cuánto tiempo llevas?
-Toda la mañana...
-Estás fatal. Ahora te llevo a casa, y descansas.
-Que estoy bien te he dicho. Dame el skate.
-No, no estás bien. Te voy a acompañar a casa y punto.
Le miro furiosa. Tengo ganas de pegarle, pero no puedo, estoy debil, y si le pegaría, me dolerí más a mí que a él, porque tengo todas las palmas de las manos doloridas.
-¿Por qué Paula?
-¿Por qué, qué? Parece que hablas en clave.
-Por qué estás cabreada, por qué llevas tanto tiempo aquí, por qué no has parado, por qué te has caido tantas veces.
-Porque sí.
¿Por qué sí? Eso no tiene sentido. ¿Qué te pasa? ¿No ves que te quiero ayudar?
-Me ayudarías marchándote.
-No. Te he dicho que te iba a acompañar a casa. Por culpa mía, te has vuelto a caer.
-Ya, tú tienes la culpa de todo.
-¿De todo?
-Sí. Déjame en paz. Y dame el skate, no te quiero ver.
-¿Estás segura?
-Sí. Vete.
Sin poderlo evitar, las lágrimas salen solas de mis ojos.
Y Daniel, deja los skates en el suelo, y me abraza. Muy fuerte, mientras acaricia mi pelo.
-Estate tranquila. Sólo tienes un mal día.
Empiezo a llorar.
-No es un mal día. Todo me sale mal. No lo comprendo.
-La vida es complicada. Y tienes que tener paciencia.
-¡Nooo! ¡Tú no me entiendes!- Digo saliendo de sus brazos.
-Paula, amor, no me das oportunidades... Ven, anda, ven.- Y me vuelve a abrazar con cariño.- Me puedes contar todo lo que quieras. Y te intentaré ayudar.
-Vale, vale...Pues te lo cuento en casa.
-Bien.- Me seca las lágrimas con el dedo.-¿Ves? Ahora ya estás mejor. Dar abrazos es lo mío.
Me río.
-Que arrebato más tonto he tenido. Ya...lo siento.
-No pasa nada. A mucha gente le pasa.-Mirándome a los ojos me da un beso y me coje de la mano.
Vamos tranquílamente, y pasamos por enfrente de una farmacia. Éste compra gasas y agua oxigenada. Nos sentamos en un banco, y me limpia las heridas con cuidado.
- ¡Oyes, que escuece!
-Normal, te está desinfectando. ¿Te soplo un poquito, vale?
-Sí,sí. Por favor.-Poniendo cara de gusto.
-Ya están curadas.
-Gracias. ¿Nos vamos ya?
-Sí, claro.
Cuando llegamos a casa, saludo a mi madre. Y él, también lo hace.
Abro la puerta de la terraza, y salimos. Le conduzco hasta la piscina. Y allí nos sentamos en el bordillo, con los pies en el agua. Está algo fresquita, pero enseguida nos adaptamos.
-A ver, Paula...Venga, cuéntamelo. Tómate el tiempo que quieras.
-Yo...pues...a ver...mmm. Hace casi ocho años, yo conocí a un chico. Era un poco raro. Pero...era muy simpático y agradable. Daba gusto hablar con él. Y pues nada...el tiempo pasa ¿no? Así que...fuimos muy amigos, que de echo, lo seguimos siendo. Bueno, nosotros dos, siempre estábamos juntos, éramos inseparables, como almas gemelas. Nos completábamos.-Los ojos, se me llenan de lágrimas.- Mira, teníamos más amigos, pero nosotros..buuf nosotros....éramos...casi como hermanos por así decirlo. Bueno, ya..a una edad, te empiezan a gustar los chicos y tal...Pues...él se ponía muy tonto y así. Yo no le entendía, y me dijo mi madre que es porque él sentía algo por mí. En ese momento no sabía que hacer, ni que decir ni nada de nada. Nos hicimos más mayores, y hace dos años...empecé a sentir cosas, había cambiado, era mucho más guapo..y me pidió salir, así que acepté. Nos lo pasábamos de maravilla. Siempre estaba en mi casa, o yo en la suya...formamos un grupo de música y tal...teníamos preparado hacer un viaje juntos y todo. Yo la verdad es que le quería muchísimo. Como amigo, y como algo más, por supuesto. Éramos muy compatibles, y siempre nos estábamos riendo. En fin, hace unos meses lo dejamos. Y ahí se acabó todo. No volvimos a hablar....ni nada. Él por su lado, y yo por el mío. Hasta ayer, decidí, hacerle una visita, y estuvimos ensayando...-Me quedo cayada, no sé si continuar, y decirle lo que pasó.
-Es bonito, tener una historia de amor, con tu amigo de toda la vida la verdad. Pero, la ruptura, ha sido dura, me lo imagino.-Comienza a sonarle el móvil.-Espera un momento que voy a contestar. *hablando por el móvil* ¿Sí?... Mmm, vale, claro.
Sí,sí ya voy para allá. Adiós.
-Paula, me tengo que ir. Es una cosa importante.
-Sí claro, tranquilo lo entiendo.
-Cuando esté todo bien te llamo ¿vale?
-Vale.
-Cuídate. Y no te preocupes.
Se fue de la piscina, se fue... Me voy a dar un baño para relajarme. Me quito la camiseta y los pantalones, hasta quedarme en ropa interior. No hay nadie, así que no hay problema.
Me tiro de cabeza a la piscina. Está realmente fría, demasiado. Hago unos cuantos largos, y después, me quedo parada, abrazándome, con los ojos cerrados, y la piel de gallina, titiritando.
Salgo de la piscina. Recojo mi ropa con cuidado de no mojarla mucho.
Voy andando hasta mi casa, con la cabeza gacha, mirando el suelo, cómo lo mojo, cuando de repente, me topo con un cuerpo…duro, sin darme cuenta. -Hola Paula. Siento molestarte... no sabía, que bueno… encontrarte así.
-No, tranquilo...no pasa nada. Bueno, em…- le miro a los ojos- estoy entera empapada.
-Ya. Oh vaya. Bueno…yo…Venía a pedirte perdón por lo de ayer. Fue culpa mía. Lo siento de veras. Fue sin querer te lo prometo. Y me dio rabia, que por eso...te marcharás así, que lo entiendo, pero no sé que me pasó.
-Me asusté...Yo quiero que volvamos a ser amigos. Quiero que estén las cosas como antes. Sólo quiero eso-digo mientras sigo caminando hacia mi casa.
-Ya...yo...em... Llevamos mucho tiempo siendo amigos Paula. Y la verdad, es que...siendo novios...fue lo mejor que me ha pasado en la vida.
-Antonio yo...
-No, no. Déjame terminar. Yo te quería antes, siendo amigos. Es normal ¿no? Nuestra amistad era intensa y lo sabes. Llevo cuatro años enamorado de ti. Eso no lo sabes. Pero yo sufría, porque tenía miedo a decírtelo. Pasaron dos años, y al final...me decidí y te pedí salir. No sé si aceptaste para que yo no lo pasara mal o qué. Pero esos otros dos años...No tienen palabras y lo sabes. Los disfruté al máximo. Quería hacerte sentir la persona más especial del mundo. Y creo que lo conseguí. Paula, no sé exactamente porqué me dejaste. Pero si hice algo mal, quiero arreglarlo. Yo no volveré a ser feliz nunca más. Sabes que estoy deprimido, que llevo meses así. Y no sé que hacer. Pensé que el viaje a California me iba a ayudar pero ya veo que no. Apareciste otra vez en mi vida. No sé, si ha sido bueno exactamente. Pero he vuelto a sentir una chispa sólo con verte ayer. Paula, aún te sigo queriendo. Pero sé que has conocido a un chico. Yo te conozco muchísimo mejor que él. Me he pasado casi toda la vida contigo. No sé...siento ser así. Pero...creo que es injusto por tu parte. Éramos felices, no sé lo que te pasó.
Cada día, he pensado en todos los momentos que pasamos. Te veía contenta, conmigo. La chica más feliz. Eras mi mundo. Y...te perdí. No sé si esto que estoy haciendo es bueno...Pero tenía que soltar todo. Compréndeme. Lo llevo guardando durante meses. Muchos. Perdí la comunicación contigo. Y me daba miedo ir a tu casa para pedirte una explicación. Lo siento Paula.
Yo...te amo. Te amo, sí. Y lo sabes, sé que lo sabes. Sé que sabes lo que yo siento por ti. Sabes que es grande mi amor hacia ti-
con lágrimas en los ojos.
-¡Yo aún te sigo queriendo Antonio!- Le doy la espalda, y empiezo a llorar. Se acerca por detrás y me abraza.
-Paula...mi amor... ¿Qué pasó entonces?- Me gira lentamente, para mirarme a los ojos. Él los tiene llorosos. Ésto nos afecta obviamente.
-No te lo puedo decir.-Digo negando con la cabeza- ¡Te he mojado entero!
-No pasa nada, eso es lo de menos. ¿Pero…tan grave es, para tener que cortar y no decírmelo?
-Sí...perdóname. Te lo hubiese dicho, y si no hubiese pasado nada...no hubiera cortado....
-Quiero volver contigo. Quiero estar contigo las 24 horas del día. Quiero volver a pasar esos momentos inolvidables. Te quiero, te quiero muchísimo. ¿Paula, podemos volver a intentarlo?
-Antonio...aún no se han arreglado las cosas...y me duele mucho que estemos sufriendo los dos...Si volvemos juntos...tiene que haber mucha discreción. Si no, no podremos...¡Noooo! ¿Por qué no lo pensé antes? ¡Qué tonta, soy tonta! - Vuelvo a llorar.
-¿Por lo de la discreción?-dice ladeando la cabeza.
-Ya. Oh vaya. Bueno…yo…Venía a pedirte perdón por lo de ayer. Fue culpa mía. Lo siento de veras. Fue sin querer te lo prometo. Y me dio rabia, que por eso...te marcharás así, que lo entiendo, pero no sé que me pasó.
-Me asusté...Yo quiero que volvamos a ser amigos. Quiero que estén las cosas como antes. Sólo quiero eso-digo mientras sigo caminando hacia mi casa.
-Ya...yo...em... Llevamos mucho tiempo siendo amigos Paula. Y la verdad, es que...siendo novios...fue lo mejor que me ha pasado en la vida.
-Antonio yo...
-No, no. Déjame terminar. Yo te quería antes, siendo amigos. Es normal ¿no? Nuestra amistad era intensa y lo sabes. Llevo cuatro años enamorado de ti. Eso no lo sabes. Pero yo sufría, porque tenía miedo a decírtelo. Pasaron dos años, y al final...me decidí y te pedí salir. No sé si aceptaste para que yo no lo pasara mal o qué. Pero esos otros dos años...No tienen palabras y lo sabes. Los disfruté al máximo. Quería hacerte sentir la persona más especial del mundo. Y creo que lo conseguí. Paula, no sé exactamente porqué me dejaste. Pero si hice algo mal, quiero arreglarlo. Yo no volveré a ser feliz nunca más. Sabes que estoy deprimido, que llevo meses así. Y no sé que hacer. Pensé que el viaje a California me iba a ayudar pero ya veo que no. Apareciste otra vez en mi vida. No sé, si ha sido bueno exactamente. Pero he vuelto a sentir una chispa sólo con verte ayer. Paula, aún te sigo queriendo. Pero sé que has conocido a un chico. Yo te conozco muchísimo mejor que él. Me he pasado casi toda la vida contigo. No sé...siento ser así. Pero...creo que es injusto por tu parte. Éramos felices, no sé lo que te pasó.
Cada día, he pensado en todos los momentos que pasamos. Te veía contenta, conmigo. La chica más feliz. Eras mi mundo. Y...te perdí. No sé si esto que estoy haciendo es bueno...Pero tenía que soltar todo. Compréndeme. Lo llevo guardando durante meses. Muchos. Perdí la comunicación contigo. Y me daba miedo ir a tu casa para pedirte una explicación. Lo siento Paula.
Yo...te amo. Te amo, sí. Y lo sabes, sé que lo sabes. Sé que sabes lo que yo siento por ti. Sabes que es grande mi amor hacia ti-
con lágrimas en los ojos.
-¡Yo aún te sigo queriendo Antonio!- Le doy la espalda, y empiezo a llorar. Se acerca por detrás y me abraza.
-Paula...mi amor... ¿Qué pasó entonces?- Me gira lentamente, para mirarme a los ojos. Él los tiene llorosos. Ésto nos afecta obviamente.
-No te lo puedo decir.-Digo negando con la cabeza- ¡Te he mojado entero!
-No pasa nada, eso es lo de menos. ¿Pero…tan grave es, para tener que cortar y no decírmelo?
-Sí...perdóname. Te lo hubiese dicho, y si no hubiese pasado nada...no hubiera cortado....
-Quiero volver contigo. Quiero estar contigo las 24 horas del día. Quiero volver a pasar esos momentos inolvidables. Te quiero, te quiero muchísimo. ¿Paula, podemos volver a intentarlo?
-Antonio...aún no se han arreglado las cosas...y me duele mucho que estemos sufriendo los dos...Si volvemos juntos...tiene que haber mucha discreción. Si no, no podremos...¡Noooo! ¿Por qué no lo pensé antes? ¡Qué tonta, soy tonta! - Vuelvo a llorar.
-¿Por lo de la discreción?-dice ladeando la cabeza.
-¡Sí, por eso! Me da mucha rabia el no a verlo pensado antes.
- Paula…bueno… ahora podremos estar juntos otra vez… e intentarlo, ¿no?
-Sí, claro. Bueno, con mucho, muchísimo cuidado…no quiero que…- me callo de inmediato, cierro los ojos y muevo la cabeza de un lado a otro.
-Te prometo ser discreto. Te prometo hacer que seas la persona más feliz del mundo. ¿Volvemos juntos?
-Sí.-asiento.
Se acerca a mí, y me abraza.
-Te…quiero.
-Y yo…pitufo.-digo sonrojándome.
-Echaba de menos oírlo.
Me río.
-Antonio. Tengo que ir a cambiarme.
-Oh…claro.
-¿Quién te ha abierto la puerta?
-Tu…hermano, parece que no había nadie más.
-Okei. Puedes subir a mi cuarto, y esperarme ahí, mientras me cambio.
-Mmm, ¿no te importa?
-No…cuando termine…tenemos que hablar.
-Claro.
-De todo.
-¿De todo?
-Sí. Claro.-digo sonriendo.
Me mira extrañado.
-Vale.-dice al final, sonriendo.
Todo vuelve a la normalidad. Ellos dos se complementan mutuamente, son almas gemelas. Lo saben...todo el mundo lo sabe.
La gente les conoce, y hablan de ellos...son el centro de atención. Pero, claro, hay gente que está en contra de ellos...básicamente porque tienen celos.
En fin. La gente es odiosa...
La gente les conoce, y hablan de ellos...son el centro de atención. Pero, claro, hay gente que está en contra de ellos...básicamente porque tienen celos.
En fin. La gente es odiosa...