Translate

domingo, 1 de enero de 2012

Encuentro ''Capítulo 11''

Al fin llegó el día del concierto. Antonio y yo, sabíamos que iba a haber  mucha gente, como siempre que dábamos un concierto, además nuestros nombres y fotos estaban colgados por todas las paredes… así que parecía que sí, que iba a ver mucha gente.
Decidimos que cada uno fuera por su lado, como si no nos conociéramos. Yo iba a ir con Lucía, pobre, no la he llamado ni una sola vez, así que luego la pondré al corriente de todo.
Antonio me dijo que iba a ir con unos viejos amigos que tenemos en común. Con los que formábamos nuestro grupo de música. No sé que dirán, será todo un poco bastante raro.
Después de ducharme y secarme el cuerpo, me puse la ropa interior, y escogí una camiseta de tirantes, amarillo huevo, unos pantalones rotos, enteros, que casi ni eran pantalones, y mis Macbeth negras.
Me alisé el pelo, el flequillo lo puse hacia la izquierda como siempre y la parte de atrás, cardado, todo.
Cogí el lápiz negro y me pinté la raya de arriba y luego rímel.
Avril lavigne. Mmm ¿casi casi? Jo, hacía tanto tiempo que no iba así ‘’maquillada’’. Desde que Antonio y yo cortamos. Desde que dejé de cantar y tocar en los conciertos…desde que dejé el grupo, vamos.
En fin, después me miro al espejo y me quedo horrorizada. ¿Cómo podía hacerme esto en la cara? ¡Qué horror! Voy al baño, y casi después de desintegrarme la cara intentándome quitar la cosa ésta de la cara, salgo.
-¡Oh, qué frescor!-digo idiotizada.
Oigo mi móvil sonar, voy a por el, y veo que es Antonio.
-Hola mi amor.-le digo cariñosa.
-Buenos días, preciosa. ¿Cómo estamos?
-Muy bien. Acabo de terminar de prepararme. ¿Y vos?
-Genial. Aunque un poco nerviosillo. ¿Tú no?
-Sí…también. Me saldrá fatal. Fijo que me caigo.
-Claaaro. ¿Caerte de una silla dices? Claro, claro, ¿Quién nunca se ha caído de una silla? Fijo que te caes al irte a sentar.
-Idiota. Prefiero no hablar del tema, cuando me toque, me tocó.
-Hum. Haces bien. ¿Irás con Lucía?
-Sí. Es que las otras… ya sabes, son estúpidas.
Se ríe al otro lado del teléfono.
-Todo el mundo es estúpido e idiota para ti.
-Bueno, no exactamente. Les odio simplemente.
-Ah, sí, eso está mejor.
Hay silencio, ninguno habla.
-Oyes.-dice Antonio.- Me tengo que ir que acaban de llegar éstos.
-¿David y Haret?
-Sí. Te deseo mucha suerte. Te quiero princesa.
-Lo mismo digo. Yo también te quiero. Allí nos vemos.
-Sí. Adiós.
Colgamos el móvil.
Bien, solo quedan unas horitas. Llamaré a Lucía.
Un bip, dos, tres…
-¡Paulaaaa!
-Heeello. Ya siento no a verte llamado. Es que…- pienso en la respuesta unos instantes- he estado ocupada estos días, y…me olvidé de llamarte. Lo siento.
-Mmm, no pasa nada, tranquila. Yo… se me olvidó a mi también que me ibas a llamar.
Nos reímos las dos.
-Genial, que tías somos.- digo sonriendo.
-Ya, y que lo digas.
-Ei. ¿Hoy tienes planes?
-Noo. Pero ya sé por dónde vas a tirar, todo el mundo lo sabe.
-¿Cómo? –digo preocupada, no sabía a lo que se estaba refiriendo.
-¡Tía, se ve tu cara por todas partes! ¡La gente te echa de menos, y hablan de ti! Quieren volver a oírte cantar. Y, además, a mí no me has contado nada.
-Te he dicho que he estado ocupada. (¬¬) Bueno, ¿querrías ser mi acompañante?
-¡Claro! Y también sale Antonio, y luego los demás que van a actuar, claro.
-Joe. ¡Qué nervios! ¿Quieres que vaya a tu casa ahora?
-Mmm, vale. ¿A qué hora es esto?
-Dentro de…-miro la hora en el móvil-una hora y media.
-Aaah. Pues sí, ven, ven. Me voy preparando. ¿Okei?
-Vale. Pues voy…en lo que tarde en llegar. Un beso.
-Okeei. Byee.
Colgamos el móvil, y lo guardo en mi bolsillo. Bajo corriendo las escaleras, y voy al garaje a coger mi Yamaha electroacústica negra. ^^
La ponga en la espalda y salgo de casa y despidiéndome de mi madre.
Después de cruzar unos cuantos pasos de cebra y girar hacia la derecha unas cuantas veces, llego a casa de Lucía y toco el timbre.
Se oyen unos pasos un poco lejanos.
-¡Tííía! –me agarra del brazo y me mete dentro de la casa.
-¿Qué pasa?
-¡Ven sube, corre! Es que no sé que ponerme.
Em, claaaro-pienso.-Siempre ha sido muy pija.
Subimos a su dormitorio, y al entrar me quedo con no sé qué cara exactamente…
-¿Qué me pongo?
-¿Ropa?
-¡Odio cuando dices eso!
Me empiezo a reír, está de los nervios.
-Es que tía, he hablado con Fran.
-¿Te acuerdas?
-Mmm, sí.
-Pues ese, va a ir al concierto, concurso tuyo…
-Y quieres ir…perfecta.
-Exacto.
-¿Entonces qué me pongo? ¿El vestido con flores de palabra de honor con manoletinas? Es que paso de llevar tacones, o… ¡mira ya sé! ¿Estos vaqueros cortos, altos (un poco más abajo del ombligo) y la camiseta de América, con… unas victorias?
-Mmm ¿no tienes unas vans negras como las mías?
Me mira las playeras.
-No, éstas no son. –Voy a su armario, y veo su calzado- Mira tía, que no sabes ni lo que te compras. Éstas son. Corre, vístete, que hay que irnos ya.
-¿Ya?
-Sí, venga, date prisa.
-¿Y mi pelo?
-¿Qué le pasa a tu pelo? Lo tienes rizado. Además. Hum. El color rojo, te queda mejor que el azul. Sí, sí. Échate un poco de espuma, y perfect para Fran.
-Okei. Gracias.-dice sonriendo.
Se quita el albornoz que llevaba puesto, y se viste rápidamente. Va corriendo al baño, se echa un poco de espuma, brillo de labios y rímel.
-Genial.- le digo con los pulgares.
-¡Vete por ahí!
-Encima que te ayudo… venga corre, que sólo queda media hora, y tengo que ir ya.
-Vale, vale.
Salimos de su casa, y vamos andando hasta la plaza donde se hará el concurso.
-Te pongo al corriente.
-¿De qué?
-De estos días.
-Vale.
-Salí unos cuantos días con el chico que conocí el día anterior al que quedamos para ir a correr.
-Ajá. ¿Y qué pasó? –Dice curiosa.
-Pues, que… fui a casa de Antonio…
-¿A qué?
Le echo una mirada.
-Vale, vale, continúa.
-… a ver cómo estaba, y a practicar un poco, ya sabes cantando etc…porque me dijo que se iba a presentar al concurso este, y me apuntó. Es que vamos a irnos a California…si ganamos.
-¡Ala tía, que guai!- Dice sonriendo.
-Bueno, y cuando terminamos, al despedirnos…me besó.
-¡Ostras! Si… se supone que…
-Ya, pues no sé, tía, me besó. Y bueno, corté con Daniel.
-¿Y eso?
-Pues porque he vuelto con Antonio.
-¿Estás tonta? ¡Pero si cortasteis! Y…no os podías ver. Puf. Qué loca. Y, ¿cómo lo lleváis?
-Pues muy bien.- digo sonriendo.- me encanta, es un cielo.
-Jo, qué suerte tienes. Ojalá…yo tuviera un chico así. Encima es guapísimo.
-Em sí. Muy guapo. Pero es mío. ¡Me lo pido para siempre!-digo con voz infantil, y nos reímos.- Pero tranquila, tía, que encontrarás a alguien, ¿quién sabe si Fran es tu media naranja? Oh mira, ese chico que pasa por ahí.-digo apuntando con el dedo.
Justo, como si nos hubiera oído, nos sonríe, y no saluda. Las dos, sonrojadas, agachamos la cabeza y nos reímos.
-Es de mala educación señalar con el dedo.
-Lo sé, no me he dado cuenta.
Llegamos a la plaza, aún quedan quince minutos, pero a mí me toca la penúltima. Veo a Antonio, con nuestros amigos.
-Lucía ve con Antonio y éstos, que ahora voy.
Voy hacia una mesa, donde están mirando a ver si han llegado todos los participantes, y mirando los instrumentos.
-Hola. Soy Paula, estoy apuntada al concurso.
-Ya, ya. Llegas un poco tarde.-dice bordemente.
-Lo siento.
-Bien. ¿Qué guitarra? ¿Eléctrica?
-No. Electroacústica.
-Vale. Pues ven conmigo.
Vamos hacia el escenario. Enchufo la guitarra, en uno de los amplificadores, lo ajusto. Luego afino la guitarra, y veo que suena bien.
-¿Bien?
-Sí.
Dejo la guitarra, y bajamos.
Voy hacia donde Lucía.
-Hola chicos, hacía muchísimo tiempo que no os veía-digo dirigiéndome a David y a Haret.
-Ya, mogollón.
Me acerco a ellos, y le doy dos besos a cada uno.
-Hola… Antonio.
-Hola Paula.
Nos damos dos besos también.
-Hay mucha gente eeh. Se va a llenar toda la plaza. Puff-dice Haret.
-Mmm no sé, eso parece. ¿Y cómo es que vosotros no os habéis presentado?
-Yo paso de concursos.-dice David- Prefiero ver cómo la gente hace el ridículo y reírme.
-Qué malo eres. Pues espero que no te rías de mí.
-Lo intentaré.-dice sonriendo.
-Y yo…pues le acompaño. Pero yo no me río. Me gusta ver a la gente, tocando y eso…-dice Haret, encogiéndose de hombros.
-Porque eres un buen músico Haret.
Éste, asiente con la cabeza.
-Bueno, Lucía y yo os dejamos, nos vamos para allá. Me alegro de volver a veros. Adiós.
Nos despedimos y vamos hacia una esquina del escenario.
La gente nos mira curiosos. Una chica rubita de unos quince años, se nos acerca.
-¡Hola Paula!
-Mmm ¿Hola?
-Bua, es que me encanta cómo cantas. Eres genial. Te tienes que abrir un Twitter, para hablar con tus seguidores y todo eso.-dice sonriendo.
-Eh… gracias. Ya veré.
-Por cierto soy Luna. Me tienes en el tuenti, y siempre he ido a vuestros conciertos.
-Oh, qué bien. Pero hace mucho que nos separamos.
-Lo sé, lo sé, estoy al tanto de todo. ¿Estabas con Antonio verdad? Pero cortasteis.
Qué descarada la niña esta.-pienso.
-Sí, bonita sí.
-Pues que pena. Hacíais muy buena pareja. Enserio. Encima, tenéis muchos seguidores, los dos, bueno… ¡El grupo entero!
-¿Gracias?- no sabía qué decir.
Un grupito de chicos y chicas de la edad de Luna se empiezan a acercar.
Ésto ya es demasiado. Lucía está… ¿estupefacta, anonadada?
-¿Fans o algo así?- le digo a Luna.
-Sí. Son amigos míos. Es que nos encantas. Queremos un autógrafo.
-Vale. Pues diles a tus amigos, que cuando termine de tocar os firmo ¿vale?
-Vale-dice sonriente, satisfecha.
-Mira, y ahora iros donde están Antonio, David y Haret, ¿los ves?
-Sí, sí.-dice emocionada.
-Pues eso, vete y a ver si alguno quiere ser vuestro novio.
La niña se va a dónde los demás y les cuenta todo lo que les he dicho. Me miran sonrientes y dando saltitos. Vamos, como si fueran idiotas.
Les sonrío, y todo el grupo se va corriendo a dónde éstos.