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jueves, 12 de julio de 2012

Capítulo 2.

Se despidieron por la mañana.
Héctor se fue, y ella no sabía si iba a volver a verle otra vez más.
Le cogieron para trabajar en la ciudad... y la mayoría de los amigos que tenían en común, que se fueron a trabar allí... se quedaron a vivir allí, y sólo volvían aquí de vez en cuando.
Tamara se tuvo que despedir de él, en casa de su amigo Hugo, ya que Guille y Samu, estaban ensayando, ya que esta tarde tenían concierto.
Le invitó a desayunar y luego se fueron al salón a ver un poco la TV.
Se quedó dormida, y cuando despertó ya eran las dos de la tarde, y encima de ella había una manta.
Fue a la cocina a por un vaso de agua. Se encontró con él. Preparaba la comida.
-No hace falta que hagas esto.
-Tranquila, me viene bien un poco de compañía.
-Ya, bueno, pero no es justo que cuides de mí como si fuera una niña pequeña.
-Aais. Soy el mejor amigo de tu novio. Además, esto es un favor. Quién sabe, a lo mejor nos hacemos amigos..-Sonrió con tristeza, y ésta, se imaginó porqué.


Una noche fría, en la que el Sol se había ocultado, para dejar a la Luna, hacer su trabajo.

-¡No puedes salir con ella!- gritó Hugo enfadado.
-¿Qué problema tienes? ¿Acaso te gusta?-preguntó Héctor.
Se quedó callado, y volvió a sentarse en la silla.
Guille dio un codazo a Hugo, e inmediatamente se miraron.
-Claro que le gusta, sino, no se hubiera puesto así.
Héctor miró a Hugo un instante.
-Vengo a dar una noticia contento...y me la chafan. ¡Qué raro!
Dio un golpe en la silla enfurecido después de coger la chaqueta.
Se fue.
Llegó a casa de Tamara.

Estoy en tu portal, ¿bajas?   

Dos minutos después apareció una chica en la ventana.
El pelo le caía lentamente sobre su pecho, mientras sonreía.
Apagó las luces, y unos minutos después apareció abriendo la puerta del portal. Un jersey gris, un poco más grande, que la ropa que suele utilizar, le cubría parte de su cuerpo. Llevaba unos pantalones ajustados, y unas botas rosas, que parecían de andar por casa.
Ella le rodeó el cuello con los brazos. Sonrió, y le besó. Sus labios se acariciaban, se rozaban, subían, bajaban.
-Me siento mal.-dijo Héctor, al mismo tiempo que ésta le dio un beso en el cuello.
Terminó, le miró, y le cogió de la mano, llevándoselo ''lejos'' de su casa.
Entró a una tienda, y compró un chocolate caliente. Se sentaron en un muro.
-Ten, siempre esto cuando estoy mal.
-No hacía falta, pero gracias.
-Bebe, anda.-éste dio un sorbo.-¿Qué es lo que te pasa?
-Mmm...no sé si debería contártelo.
Tamara miró su móvil.
-Hace 7 horas, 17 minutos, y 39, 40, 41...segundos que soy tu novia.
Se rió.
-Así que ya me lo estás contando.
-Verás he discutido con Hugo, sobre..
-¿Has discutido con él? ¿Y eso? ¿Sobre qué?
Éste le miró con los ojos muy abiertos, por las preguntas, e inmediatamente se empezaron a reír.
-Sobre ti.
-¿Habéis discutido sobre mí? ¿Y eso?
-Sí. Pues...creo que le gustas , y no quiero acabar ya con lo que acabamos de empezar. Es mi amigo...pero...no sé. Si él se hubiera adelantado, pues yo lo tendría que asimilar, y fastidiarme.
-Espera, espera, ¿que le gusto?
-Sí.
-LoL.- se quedaron en silencio- yo no quiero acabar con esto tampoco. Hugo es un gran tío...y no sé... me halaga muchísimo que le guste a alguien, pero puff, pero en serio, no quiero, en serio, no quiero.
-Yo tampoco... Mañana hablaré con él.
-Harás bien. ¿Quieres que hable to también con él?
-No, no hace falta, prefiero que no sepa que te lo he contado.
-Me supongo que se hará a la idea.
-Es posible, pero de momento no le diré nada.
.Oookei.
Se sonrieron, se abrazaron, y contemplaron sus miradas, bajo la tenue luz de la Luna.