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domingo, 16 de diciembre de 2012

Las bibliotecas, esconden algo más.

Tampoco es que me considere una persona fea, pero sí bastante rara, ya que no me relaciono con mucha gente y bueno... tampoco es que ellos muestren interés por mí.
Suelo ir a la biblioteca, bueno, voy todos los días en la hora del recreo porque como ya he dicho antes, no me relaciono con mucha gente. Creo...que no tengo amigos. Por eso estoy siempre aquí. En fin.

Ahora me dirijo allí, ya es la hora del recreo. Dejo los libros en un rincón de ésta, y voy a una estantería a coger un libro. No llego, no lo alcanzo, ya que mi pierna derecha no me sirve de gran ayuda a mi día a día. Me acerco a una chica que está cerca.

-Perdona, ¿Me podrías coger ese libro?
No me dice nada, sólo se levanta a por el libro. Lo tiene en sus manos unos segundos. Me mira con cara extraña.
-¿ Existe Dios ?
-Sí, ése es. Gracias.
Vuelvo a mi sitio. A mi rincón de siempre, a mi soledad. Creo que me quería decir algo, pero bueno, tampoco le quiero dar importancia, ya que ellos no me la dan a mí. 

No puedo parar de toser, parece como si me fuera a morir. Me pongo un libro en la cara para que no me vean, ya que ahora mismo me están mirando y no me gusta mucho. Me da vergüenza.
Pensé que me iba a dar un chungo, que me iba a quedar aquí mismo.
Creo que el chico que está enfrente de mí, me estaba sonriendo. ¿Eso es posible?

Este libro me aburre ya que  hay demasiadas palabras que no entiendo. Me pongo los auriculares, cojo los apuntes de filosofía, unos cuantos folios y me pongo a hacer un resumen.

Miro hacia el frente. El chico de enfrente me mira. No me gusta que me miren. Me pongo nerviosa. No estoy acostumbrada. Bajo la mirada, y sigo a lo mío.
Noto movimiento. Alguien arrastra una silla. Miro, es ese chico. Me quito los auriculares.

-¿Te encuentras mejor?
-¿Perdona?
-Por el ataque de tos y eso...
-Ah, sí, eso... estoy bien, gracias.

Vuelve a sonreírme. ¿O es la primera vez? 
Ahora no me puedo concentrar. Creo que no se va a ir. Creo que quiere que mantengamos una conversación pero es que yo no sé hablar con una persona que no conozco...y menos con un chico... es tan difícil... Supongo que él hará o dirá algo. Yo sólo quiero estar sola, como siempre, haciendo los deberes o leyendo algo.

Suena la campana, tan estridente como siempre. Recojo mis cosas, y cojo mi muleta, la cual me ayuda a desplazarme mejor.
Vuelve el chico a mi lado, después de recoger su mochila y sus libros.

-¿Quieres que te ayude?
Me quedo mirándole. ¿Enserio me estaba ofreciendo ayuda? No me lo puedo creer.
-No, gracias...ya puedo yo sola.

Abro la puerta de la biblioteca y salgo de allí para ir a clase, pero en cuanto doy dos pasos. se me caen los libros que llevo en la mano izquierda.
El chico aquel se incorpora a mi lado y me coge los libros antes de que yo pueda hacer nada, ni decirle nada.
Vamos juntos de camino a clase. Me da vergüenza decirle algo. Me acompaña hasta mi clase, entra conmigo y deja mis libros encima de mi mesa.

-De nada, luego vengo otra vez a ayudarte.
-Gra, gracias... pero no hace falta, en... enserio.

No dice nada, simplemente se limita a sonreír, eso significa que va a volver después de las clases a ayudarme. ¿Cómo he de tomarme ésto? Nunca nadie se ha ofrecido a ayudarme, siempre he tenido que hacer las cosas sola, y ahora él me lleva los libros y me acompaña hasta clase. No sé su nombre ni a que curso va. Nunca le he visto, y ahora aparece así como así,con una hermosa sonrisa, y dispuesto a ayudarme.